En el post de hoy de Clínica Dental Martí Riera queremos hablaros de la disfagia, entendida esta como la dificultad para tragar alimentos o líquidos. Esta suele ser la antesala de enfermedades más graves, por lo que es importante prestarle especial atención.
Como comentábamos en la introducción la disfagia impide el tránsito normal de sustancias desde la boca al estomago. Esta suele estar asociada a sensaciones dolorosas al tragar. Las causas que la provocan no deben confundirse con comer rápido o la falta de masticación de los alimentos. Suele afectar a individuos de cualquier edad, aunque es en las personas mayores donde tiene una incidencia más elevada.
¿Cuáles son los síntomas que nos deben alertar sobre la presencia en nuestro organismo de una disfagia?
- Dolores al tragar o imposibilidad de hacerlo.
- Sensación de los alimentos se atascan en la garganta o en el pecho, o en la parte posterior del esternón.
- Voz ronca
- Regurgitación.
- Acidez estomacal.
- Bajada de peso repentino.
- Arcadas al tragar.
- Sensación de molestia estomacal.
En cuanto a los tipos de disfagia, existen dos según donde encontremos la dificultad para tragar:
- La disfagia orofaringea es la que se origina en la zona de la faringe, dificultando el paso de alimentos sólidos y líquidos desde el primer momento del proceso deglutorio. Los casos graves podrían sufrir de constante aspiración con lo que los alimentos pasarían hacia la tráquea, atragantando al paciente.
- El segundo tipo es la disfagia esofágica. En este caso, el proceso deglutorio logra llevar los alimentos sólidos y líquidos más allá de la faringe, pero las dificultades aparecen mientras estos bajan por el esófago. En casos graves, puede haber vómito constante que imposibilite completamente la nutrición.
Cuando se trata de la disfagia, el tratamiento siempre debe apuntar en un primer lugar a evitar que esta empeore. Una vez logrado esto, se procede a tratar la causa original y a buscar mejoras importantes hasta que los síntomas cesen y el problema de evidencia de haber desaparecido.
Cuando se diagnostica una disfagia por infección, el curso de acción es el uso controlado de antibióticos. En casos donde la disfagia es consecuencia de problemas neurológicos, la terapia motora suele ser el recurso más eficiente para permitirle al paciente poder superarla.
La existencia de disfagia esofágica puede requerir medicamentos para reducir la acidez estomacal y el reflujo, tratando esta condición gástrica para evitar el rechazo del estómago hacia los alimentos sólidos y líquidos que se consuman.
Asimismo, los médicos suelen tratar los casos de acalasia y estenosis esofágica con una dilatación manual. Para lograrlo, se utiliza un endoscopio adecuado con un balón que va ensanchando el esófago.
Leave a Reply