¿Te da miedo ir al dentista? Muchas personas a pesar de tener problemas bucodental van aplazando su visita al dentista por miedo. Esto provoca que un pequeño problema se pueda convertir en una enfermedad mayor.
El miedo al dentista es un problema muy arraigado en nuestra sociedad. Muchas personas llevan años sin acudir a una consulta de un odontólogo por este motivo. Como comentábamos, esto provoca un pequeño círculo vicioso donde la elusión del tratamiento dental lleva a un deterioro de la salud dental, con pérdida de dientes, y éste a un sentimiento de culpa y más ansiedad que refuerza, muchas veces por vergüenza, la actitud de evitar ir al dentista.
El miedo al dentista es generado en muchos casos por el dolor. Malas experiencias, especialmente de niños; pinchazos de anestesia; mantener la boca abierta mientras introducen en ella muchos aparatos; la incertidumbre de no saber lo que te van a hacer; el coste económico; etc.
No acudir a dentista por miedo es un problema en sí mismo, pero puede convertirse en uno mucho mayor. Por eso, desde Clínica Dental Martí Riera en Ontinyent como expertos en la materia queremos daros algunas recomendaciones para afrontarlo:
- Saber exactamente que es lo que nos produce miedo es fundamental para intentar buscar una solución.
- Acudir a la clínica dental y solicitar información es fundamental para encontrar luz en un mar de luz y preocupaciones. Te permitirá no solo conocer cómo son los tratamientos, sino también ver en primera persona la clínica y las experiencias de los clientes.
- Solicitar cita. Tener una fecha y una hora reducirá las oportunidades de echarse atrás.
- Es importante que las horas anteriores a la cita estés lo más tranquilo/a posible. Evita cualquier situación de ansiedad o estrés.
- Pedir a un familiar o amigo que te acompañe es una buena opción ya que refuerza la decisión de ir al dentista y facilita la distracción durante la espera.
- Es importante reconocer al dentista el miedo que sufrimos. No hay que sentir vergüenza por ello. Hacerlo puede ayudar al dentista en su trabajo y por tanto en tu bienestar.
- Durante la espera, antes de entrar a consulta, es importante distraerse y no pensar en lo que nos van a hacer.
- Habla con el dentista, a él/ella le gustará saber cómo te sientes, tus miedos, con el objetivo de poder tranquilizarte y actuar en consecuencia. Por ejemplo, puedes pactar una señal para cuando necesites una pausa durante el tratamiento.
Es normal que el miedo al dentista perdure después de la primera consulta, especialmente si se tiene en cuenta el plan de tratamiento (curetaje, extracciones, ortodoncia, etc.) que exigirá sucesivas visitas, atendiendo a un orden de prioridades.