Seguro que alguna vez te has preguntado ¿de qué están hechos los dientes? Estos se diferencian principalmente de los huesos en que no se pueden regenerar y curarse si se rompen. Desde Clínica Dental Martí Riera, queremos contarte en este post de hoy la verdadera composición de los dientes. Es decir, vamos a entrar en detalle.
Nuestros dientes se componen de diversas capas de tejido, las cuales dan lugar a la consistencia, dureza y resistencia que caracteriza a este elemento esencial del proceso digestivo. Son cuatro los componentes de una pieza dentaria:
- El esmalte: se trata del tejido más duro del cuerpo humano, y está formado por la hidroxiapatita, un mineral de extrema resistencia que no obstante es vulnerable a los ácidos. De ahí que algunas sustancias como el azúcar, que al metabolizar generan ácidos, sean tan perjudiciales para el esmalte.
- La dentina: se ubica por debajo del esmalte, es de color amarillento y en general tiene la función de nutrir el diente. Es la capa más abundante y protege la pulpa. Si se debilita o pierde el esmalte, la dentina queda más y más a la vista y puede producirse sensibilidad a los cambios de temperatura en la boca.
- El cemento: es una capa dura que actúa a modo de cobertor de la raíz del diente, y que además une a este con el hueso alveolar por medio del ligamento periodontal. También está compuesto en su mayor parte por hidroxiapatita
- La pulpa dentaria: Es el tejido que le da vida al diente. Esta región esencial, también conocida como «nervio», está protegida por las anteriores capas y se compone de nervios y vasos sanguíneos.
El protagonista: el esmalte
De todos los componentes de los que está formado un diente, el esmalte, por su dureza y consistencia, es el gran protagonista. Sus cualidades son debidas al mineral que compone el esmalte: la hidroxiapatita.
Este mineral, mezclado con las proteínas que alberga el esmalte, permite que podamos gozar durante toda la vida de unos dientes fuertes y resistentes a los agentes externos. En cambio, sus cualidades no son inmortales. Con el paso del tiempo, si los hábitos alimenticios y de higiene no son óptimos, el esmalte sufre un proceso de desminerilización que además va a provocar la pérdida de la blancura de los dientes y la aparición de problemas como la sensibilidad dental.
Y hasta aquí un pequeño aperitivo sobre la composición de nuestros dientes. Para finalizar un pequeño apunte. El esmalte es translúcido, variando su color entre el blanco grisáceo y el amarillo. Por tanto, el tono de los dientes depende de la cantidad de dentina que tenga debajo, siendo clave en el nivel de blancura de nuestros dientes.
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